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La imputación por parte de la Fiscalía de Nueva York al expresidente de los Estados Unidos Donald Trump aviva la división político social que atraviesa la potencia norteamericana desde las elecciones presidenciales de 2020, en las que Joe Biden, gracias al cuestionado voto por correo, ganó las elecciones.
Como todos sabemos Donald Trump nunca reconoció la derrota y se limito a abandonar la casa blanca sin recibir al nuevo inquilino. Desde ese momento Donald Trump ha estado haciendo declaraciones enfiladas a recuperar la presidencia de EEUU, algo que estaba a la vuelta de la esquina, no solo porque son el año que viene, sino por la deteriorada imagen y gestión de Joe Biden.
El hecho es que un gran jurado de Manhattan votó el jueves por la noche a favor de acusar formalmente a Donald Trump por soborno a la actriz de cine porno Stormy Daniels, según avanzaron medios norteamericanos. Es la primera vez que un presidente de Estados Unidos es acusado penalmente.
La acusación es por cargos relacionados con el pago de 130.000 dólares a Daniels en plena campaña de las presidenciales del 2016, para asegurar su silencio en relación con una supuesta relación extramarital que ambos habrían mantenido diez años atrás.
Sin tomar partido por ninguno de los dos bandos, curiosamente el fiscal del caso, Alvin Bragg, es un ferviente demócrata y seguidor del presidente Joe Biden, algo que no es extraño en la justicia norteamericana, que a diferencia de lo que vemos en las películas y series de televisión, no es tan justa, por el contrario esta cargada de una sombría atmosfera política y, en muchas ocasiones se ha visto envuelta en escándalos de sobornos y decisiones cuestionables.
¿Qué es lo que veremos a continuación? lo que veremos a continuación es más división del pueblo norteamericano y a un Donald Trump comparecer voluntariamente ante la justicia, para evitar una detención en la que pongan las esposas como a un vulgar criminal; pero lo que no podrá evitar es que le tomen las huellas dactilares y le hagan las fotos de rigor, de frente y de perfil, y para que le lean sus derechos.
¿Cargos al estilo Al Capone?
Cuando se mezcla lo político con lo jurídico no puede salir nada bueno, muchas eran las acusaciones, al final no ha sido ninguna de las grandes cuentas pendientes con la justicia la que ha acabado tumbando a Donald Trump, ni su papel en el asalto al Capitolio, ni el probado fraude fiscal de su emporio, condenado en diciembre en Nueva York; ni siquiera haberse quedado con documentos clasificados tras abandonar la Casa Blanca. El pago de dinero negro, igual que el juicio de Al Capone por evasión fiscal en comparación con todos los crímenes que cometió, en este caso la comparación con Trump es por el tipo de imputación ya que parece hasta ridículo que se le enjuicie por tratar de tapar una aventura extramatrimonial en 2006, para que su esposa Melania y los medios de comunicación no se enteraran, será el motivo que lleve a Trump ante la justicia. Una causa menor en comparación con el resto "supuesto", un asunto de infidelidad conyugal, pero suficiente para hacer del republicano el primer mandatario de EEUU, activo o retirado, que se siente ante un tribunal. También el primer candidato presidencial, en su caso a la reelección en 2024, que arrastre cargos penales durante una campaña sobre la que se proyecta la sombra de la justicia.
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